El ritmo tranquilo que llevamos en Fiji nos ayudó también a poder ganarnos la confianza de la gente de allí. Dejamos a un lado los viajes de 600km diarios o de acostarnos a las 2 para levantarnos a las 6; el hecho de estar en una pequeña islita 3 días, con poco más que hacer que ver los paisajes y las playas daba mucho tiempo para hablar.
Al principio, como todos nos esperaban, nos trataban con el "falso acercamiento"; por un lado éramos los que les íbamos a dar de comer seguramente por varias semanas, pero por otro están hartos de recibir turistas que les importa bien poco Fiji, su cultura, sus modales o sus playas. Pero como decía, el hecho de no tener mucho que hacer dejaba tiempo para una simple charla sentados en una playa y aunque al principio fueran cosas triviales o costumbres españolas que les sorprendían y hacían gracia, a partir del segundo día la temática de las conversaciones dio paso al golpe de estado que hubo en Fiji, cómo es la situación política o incluso temas más personales, del tipo qué hace normalmente un chaval de 22 años en Fiji, cómo es la vida allí, etc.
No puedo negar, que las botellas de ron que compartimos no ayudaran a remojar un poco los prejuicios y a soltar un poco la lengua, pero también es parte del tema socializador, no? Pocas veces hemos arreglado el mundo alrededor de una botella Cacique, ¿verdad Fatimica?
Sé que es muy fácil hablar de lo bien que encajamos con los locales escribiendo desde la Oficina con aire acondicionado y un ordenador que les daría a ellos para comer un mes, por eso no quiero dármelas de comprometido, auténtico, ni nada por el estilo, sólo comentar que me gustó mucho la experiencia de que la gente con la que pasamos aquellos días, compartieran sus problemas con nosotros.
La foto artísitca de arriba la hizo Anita sobre la jarapa en la que estábamos sentados para beber kava (que no cava, jeje) y otra del grupo bebedor de kava al completo.
Lo que se ve en la foto de arriba son las bolsitas de kava, es una bebida típica de Fiji que atentos amantes del Monkey Island... en fijiano se llama grog, jeje. Seguro que alguno de Lucas Art se dio una vuelta por Fiji antes de hacer los juegos.
Si no entendí mal, está hecha a base de raíces de pimienta disecadas que se meten en esas bolsitas blancas que se ven, luego se coge una tánoa (bol de madera), se llena de agua, las bolsitas estas se abren en un pañuelo o algo que filtre y nada, a empapar el agua de las raíces de pimienta disecadas. El aspecto es exactamente igual al de agua sucia, el sabor es bastante desagradable y aunque dicen que tiene efecto psicotrópicos, lo único que noté fue que se me durmió la lengua un poco.
Al parecer se exportaba mogollón a Estados Unidos y Alemania para temas de combatir el dolor, problemas de insomnio y demás, hasta que un instituto alemán dijo que era perjudicial para el hígado. En 2006, la OMS hizo otro estudio confirmando que eso era falso y parece que se empieza a exportar de nuevo tímidamente (NOTA cultural aprendida de la Lonely).
Y aquí teneis a nuestros anfitriones; Bokini Dan Vuti (aka, Davuti) y su hijo Vilise, Vil para los amigos.